¿Crees que los psicodélicos “encienden” el cerebro?
Muchos lo piensan. La idea de un “viaje mental” suele ir acompañada de visiones de un cerebro chispeando en todas direcciones, como una tormenta eléctrica de creatividad.
Pero… ¿y si te dijera que la psilocibina no activa, sino que apaga?
En 2012, un estudio revolucionario cambió lo que creíamos saber sobre cómo actúan los psicodélicos. Usando imágenes cerebrales avanzadas, los investigadores descubrieron que los efectos de la psilocibina están más cerca de soltar el freno que de pisar el acelerador.
¿Qué hicieron exactamente?
Un equipo de científicos del Imperial College London decidió observar el cerebro de personas sanas justo en el pico de una experiencia psicodélica. Les administraron psilocibina por vía intravenosa y, minutos después, escanearon sus cerebros usando resonancia magnética funcional (fMRI), una técnica que muestra en qué zonas hay más o menos actividad cerebral.
Resultado inesperado:
El cerebro no se encendió. Se silenció.
Las imágenes revelaron una disminución clara de actividad en zonas clave del cerebro. Especialmente en dos centros de control muy importantes:
- PCC (corteza cingulada posterior): involucrada en pensamientos sobre uno mismo.
- mPFC (corteza prefrontal medial): relacionada con la planificación, el juicio y la “voz interna”.
Estas áreas forman parte de lo que los neurocientíficos llaman la Default Mode Network (DMN), o “modo por defecto”. Es como el piloto automático del ego, el narrador que mantiene tu identidad y tus historias mentales en orden.
Bajo psilocibina, esta red se desactiva parcialmente. El resultado es lo que muchos describen como la disolución del yo.
(Fig. 1 – mapa cerebral con zonas en azul que muestran menos flujo sanguíneo bajo psilocibina)
*En ninguna zona el flujo aumentó.

¿Qué sintieron los participantes?
Justo después del escaneo, los voluntarios calificaron su experiencia. Los 10 efectos más mencionados fueron exactamente los que podrías esperar de un “viaje”:
(Fig. 2 – gráfico de barras con los efectos subjetivos reportados)

Entre los más intensos:
- “Vi patrones geométricos”.
- “Mi sentido del tiempo cambió”.
- “Mi imaginación fue increíblemente vívida”.
Pero lo más impactante fue esto: cuanto más se apagaban esas zonas del cerebro, más intensamente se sentía el efecto psicodélico.
El tálamo también se “relajó”
El tálamo, una especie de centro de control sensorial del cerebro, también mostró una caída significativa en su actividad. Es como si dejara de filtrar los estímulos, permitiendo que la mente se inunde de percepciones no convencionales.
(Fig. 3 – gráfico del flujo sanguíneo del tálamo bajo psilocibina vs placebo)

Este dato es clave porque explica por qué los sonidos, imágenes y sensaciones se sienten tan amplificados o distorsionados.
¿Y si apagar el ego sirviera para sanar?
Estas observaciones no son solo curiosas, son potencialmente terapéuticas. En condiciones como la depresión, el cerebro puede quedar “atrapado” en patrones de pensamiento repetitivos y negativos. Y estos patrones están muchas veces dirigidos desde las mismas zonas que la psilocibina silencia.
La hipótesis: si puedes «soltar» esa red por un momento, el cerebro puede reorganizarse, flexibilizarse, abrirse a nuevas perspectivas.
¿Qué significa esto para ti?
- Si eres terapeuta o facilitador, este hallazgo te da pistas para trabajar con preparación e integración: no se trata de sobreestimular, sino de crear un entorno donde soltar sea seguro.
- Si eres explorador de conciencia, entender esto puede ayudarte a enfocar tus experiencias con más claridad y propósito.
- Si solo tienes curiosidad, ahora sabes que lo que sientes en un viaje tiene un reflejo medible y real en tu cerebro.
En resumen
La psilocibina no activa tu mente. La libera.
Silencia los filtros del ego. Reduce el ruido del piloto automático. Y en ese silencio, emerge algo mucho más profundo: una conciencia ilimitada.
Compártelo con ese amigo que alguna vez dijo “bro, sentí que me disolví en el universo” pero no sabía explicarlo.
Y si tú también has tenido experiencias psicodélicas (legales, obvio), o simplemente quieres seguir explorando lo que la ciencia dice sobre la mente, deja tu comentario abajo.
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Fuente
Carhart-Harris, R. L., Erritzoe, D., Williams, T., Stone, J. M., Reed, L. J., Colasanti, A., Tyacke, R. J., Leech, R., Malizia, A. L., Murphy, K., Hobden, P., Evans, J., Feilding, A., Wise, R. G., & Nutt, D. J. (2012). Neural correlates of the psychedelic state as determined by fMRI studies with psilocybin. Proceedings of the National Academy of Sciences, 109(6), 2138–2143. https://doi.org/10.1073/pnas.1119598109