Un paciente que lo intentó todo, pero nada funcionaba
«Llevo más de 10 años en terapia. Sé lo que es trabajar mis heridas, entender mis patrones y tratar de sanar… pero había algo dentro de mí que nunca terminaba de resolverse.»
«Mi trauma era una sombra constante. Me decía a mí mismo que lo había superado, que ya no me afectaba… pero en el fondo, seguía ahí.»
«Fue entonces cuando decidí probar con la terapia asistida con psicodélicos. Sabía que era una herramienta poderosa, pero lo que no sabía era que mi mayor revelación vendría de una forma completamente inesperada…»
El paciente que pensaba que “ya había sanado”
«Cuando llegó a su primera sesión, Andrés (nombre ficticio) tenía un discurso claro: había trabajado su trauma durante años en terapia, lo entendía perfectamente y sentía que ya no lo definía.»
«Pero, a pesar de todo su trabajo, había una sensación persistente de desconexión. Sus relaciones eran superficiales, su cuerpo siempre estaba en alerta y, aunque decía estar bien, sentía que algo en él seguía roto.»
«’No sé qué más hacer’, me dijo. ‘Tal vez esto me ayude a sentir algo diferente.’»
El viaje psicodélico y la revelación inesperada
«Cuando el efecto comenzó a hacer su trabajo, Andrés sintió una profunda paz… hasta que algo inesperado sucedió.»
«En su mente apareció una imagen de sí mismo, pero no como adulto, sino como un niño pequeño. Un niño asustado, esperando que alguien viniera a abrazarlo. Lo miró y sintió un dolor indescriptible: por primera vez, entendió que su trauma no se había ‘resuelto’, sino que simplemente había aprendido a ignorarlo.»
«En ese momento, sin previo aviso, rompió en llanto. No con el llanto de un adulto que recuerda un dolor… sino con el llanto de ese niño que, por fin, estaba siendo visto.»
«No me lo esperaba’, me dijo después. ‘Yo creía que mi trauma era solo un recuerdo. No sabía que todavía estaba vivo dentro de mí.’»
La transformación: Sanar no es entender, es sentir
«Después de esa sesión, algo cambió en Andrés. No fue un cambio inmediato, ni mágico. No desapareció el trauma de la noche a la mañana. Pero por primera vez, dejó de ver su historia como algo externo y empezó a abrazar la parte de sí mismo que había estado ignorando.»
«Se permitió sentir. Se permitió procesar. Se permitió conectar consigo mismo de una forma que nunca antes había experimentado.»
«En nuestras sesiones de integración, entendió que sanar no era ‘resolver’ el trauma como si fuera un problema matemático. Era aceptarlo, darle espacio, permitirle existir sin que definiera quién era.»
«Y poco a poco, sin que se diera cuenta, la sensación de desconexión comenzó a desaparecer.»
Lo que nadie te dice sobre sanar con psicodélicos
Sanar con psicodélicos no es un proceso lineal.
No se trata de entender más, sino de sentir lo que hemos evitado sentir.
🔥 Si hay algo que aprendí con este paciente es esto:
✨ El trauma no desaparece cuando lo entiendes. Desaparece cuando lo abrazas.
Reflexión final: Tu historia aún se está escribiendo
Si te has sentido desconectado de ti mismo, si crees que ya ‘hiciste todo el trabajo’ pero aún hay algo que no encaja, tal vez no sea un problema de entendimiento… sino de conexión contigo mismo.
Sanar es un proceso profundo, y los psicodélicos pueden ser la llave que abre la puerta. Pero al final, el trabajo lo haces tú.
📌 Lee más sobre este tema en nuestro blog de Mountain Retreat.
📲 Comparte esto con alguien que pueda estar buscando respuestas.