La microdosificación consiste en tomar dosis muy pequeñas de un psicodélico, como la psilocibina o el LSD, con la esperanza de obtener beneficios para la concentración, la creatividad o el bienestar emocional sin experimentar un viaje completo.
Aunque cada vez más personas muestran interés en este enfoque, también surgen dudas y temores naturales:
- ¿Cómo estructurar las dosis y evitar confusiones?
- ¿Cómo asegurar la calidad de la sustancia y su legalidad?
- ¿Cómo saber si realmente se obtienen los beneficios y cuáles son los riesgos?
A continuación, se presentan los puntos clave para que puedas iniciarte en la microdosificación de forma responsable y adaptada a tus necesidades.
1. Verifica la Sustancia
Antes de todo, asegurate de que lo que vas a consumir sea realmente la sustancia que crees. Existen kits de prueba que permiten confirmar si es LSD, psilocibina u otro compuesto. Esto reduce la posibilidad de ingestión accidental de adulterantes o compuestos peligrosos. Puedes conseguir estos kits de prueba en internet.
2. Elige un Protocolo de Dosificación
Hay diferentes esquemas para organizar tus días de microdosificación.
Todos recomiendan un período de descanso tras varias semanas de uso, a fin de evitar la tolerancia y asegurarte de que los efectos se mantengan.
1. Protocolo Fadiman (Ciclo de 3 días)
Estructura básica:
- Día 1: Microdosis
- Día 2: Transición (sin microdosis, pero observando sensaciones)
- Día 3: Día normal (cero microdosis y cero cambios adicionales)
- Repite este ciclo (1-2-3) durante 4-8 semanas, luego descansa de 2 a 4 semanas.
Ejemplo práctico:
- Lunes (Día 1): Tomas tu microdosis al comenzar la mañana. Observa cómo influye en tu energía o creatividad a lo largo del día.
- Martes (Día 2): No microdosificas; aprovecha para ver si notas un “efecto residual”: ¿te sientes aún motivado? ¿Tienes un ligero cansancio?
- Miércoles (Día 3): Ninguna microdosis ni expectativas. Es un día “neutro” en el que valoras cómo te sientes sin ninguna influencia reciente.
- Jueves (Día 4): Vuelves a la microdosis, reiniciando el ciclo.
¿Por qué te conviene?
- Es muy usado por principiantes porque separa con claridad los días de microdosis de los días normales, facilitando la observación de efectos.
- Permite comparar fácilmente entre “día con microdosis”, “día siguiente” y “día normal”.
2. Protocolo del Instituto de Microdosificación (Día sí, día no)
Estructura básica:
- Día 1: Microdosis
- Día 2: Transición
- Día 3: Microdosis
- Día 4: Transición
- … Continúa con esta alternancia durante 4-8 semanas, después descanso de 2-4 semanas.
Ejemplo práctico:
- Lunes: Toma tu microdosis al despertar.
- Martes: Sin microdosis; reflexiona cómo sientes tu mente y si notas algún efecto residual.
- Miércoles: Nuevamente microdosis, quizá manteniendo la misma cantidad que el lunes.
- Jueves: Descanso. Vuelves a microdosificar el viernes, y así sucesivamente.
¿Por qué te conviene?
- Algunos reportan que este esquema intensifica los beneficios, especialmente en casos de depresión o ansiedad.
- Aconsejable recibir asesoría médica o de un entrenador de microdosificación, sobre todo si buscas objetivos terapéuticos.
3. Protocolo de Dos Días a la Semana
Estructura básica:
- Elige dos días fijos (por ejemplo, los días de mayor creatividad en el trabajo).
- Asegura al menos un día sin microdosis entre cada uno.
- Sigue este patrón durante 4-8 semanas y luego descansa.
Ejemplo práctico:
- Lunes: Microdosis.
- Martes – Miércoles: Días sin microdosis. Observa cómo evoluciona tu estado de ánimo.
- Jueves: Microdosis otra vez, con la misma dosis o con pequeños ajustes.
- Viernes a Domingo: Descanso sin microdosis.
¿Por qué te conviene?
- Ideal para quienes tienen rutinas laborales o familiares fijas y prefieren que la microdosis ocurra siempre en los mismos días.
- Minimiza la confusión de días alternos y te permite “encajar” la experiencia en tu semana.
Diferencia con Protocolo de Fadiman:
El Protocolo Fadiman rota la microdosis cada tres días (microdosis, transición, descanso). El Protocolo de dos días fija horarios semanales para la microdosis, sin rotar esa secuencia.
4. Stack de Stamets (Psilocibina + Niacina + Lion’s Mane)
Estructura básica:
- Combina una microdosis de psilocibina con niacina (vitamina B3) y el hongo medicinal Melena de León.
- Lo habitual es usarlo varios días consecutivos y luego hacer pausa. Un ejemplo común es 4 días seguidos y 3 de descanso.
- Se repite por alrededor de 4 semanas, después un descanso de 2-4 semanas.
Ejemplo práctico:
- Día 1 al 4 (apilamiento):
- Toma tu microdosis de psilocibina al despertar.
- Añade niacina (normalmente dosis bajas) y una cápsula de Lion’s Mane.
- Día 5 al 7 (transición): Sin microdosis ni apilamiento, simplemente observa cambios.
- Repite el ciclo durante 4 semanas y luego descansa.
¿Por qué te conviene?
- Según Paul Stamets, la combinación busca un efecto neuroprotector y estimulador del crecimiento neuronal.
- Hay quienes reportan mayor claridad mental y creatividad a lo largo del día.
5. Copa Nocturna (Nightcap)
Estructura básica:
- Microdosis antes de acostarte, en intervalos como día sí, día no, o siguiendo el protocolo Fadiman pero aplicado a la noche.
- Se evita este método con LSD u otros análogos similares; se recomienda para setas, trufas o vid B. caapi.
Ejemplo práctico:
- Día 1 (noche 1): Toma la microdosis alrededor de una hora antes de dormir.
- Día 2 (noche 2): Sin microdosis. Observa si duermes mejor y los sueños se vuelven vívidos.
- Día 3 (noche 3): Vuelves a la microdosis; la idea es alternar o basarse en el ciclo elegido (Fadiman o día sí, día no).
¿Por qué te conviene?
- Si la microdosis te produce ligero cansancio en el día, tomarla al acostarte puede ser útil.
- Algunas personas informan mejoras en la calidad del sueño y un despertar más fresco.
6. Microdosificación Intuitiva
Estructura básica:
- No sigues un calendario fijo, sino que decides microdosificar cuando lo consideras oportuno, dejando siempre al menos un día de descanso entre tomas.
- Es importante llevar un diario para evitar la confusión y no sobrepasar dosis o frecuencia.
Ejemplo práctico:
- Microdosificas el lunes y sientes un ligero cambio positivo en tu concentración.
- Al miércoles, notas un bajón anímico y decides microdosificar de nuevo.
- El viernes, lo omites porque observas que todavía mantienes los efectos del miércoles.
¿Por qué te conviene?
- Tras probar uno o dos protocolos más rígidos, hay quien gana la experiencia necesaria para “sentir” cuándo le va bien microdosificar.
- Evita caer en la rutina mecánica, permitiendo una adaptación a las necesidades del momento.
Cada protocolo de microdosificación ofrece una forma distinta de organizar las tomas y los descansos. La clave es la autoobservación constante y el compromiso de revisar cómo reacciona tu cuerpo y mente.
Con esta guía, puedes empezar con un protocolo sencillo (como el Fadiman) o escoger uno que encaje con tu ritmo semanal (como el de dos días fijos). Lo importante es actuar con prudencia, llevar un diario y buscar consejo profesional cuando sea posible, sobre todo si tienes un historial de problemas de salud mental o buscas fines terapéuticos concretos.
3. Lleva un Registro o Diario
Anota tus sensaciones físicas, cambios en el estado de ánimo, capacidad de concentración y cualquier otro detalle relevante. Este diario te ayudará a identificar el protocolo que mejor se ajusta a tu rutina y objetivos. Además, si observas algún efecto adverso (ansiedad, insomnio, inquietud), podrás tomar decisiones informadas para ajustar la dosis o probar otro esquema.
4. Respaldo Científico y Limitaciones
La psilocibina y el LSD actúan principalmente sobre los receptores de serotonina, lo que podría modular la neuroplasticidad y la conectividad cerebral, incluso en dosis pequeñas. Algunos estudios sugieren beneficios en la depresión, ansiedad y estrés, pero todavía faltan ensayos clínicos sólidos para confirmar la eficacia y la seguridad a largo plazo. Por ello:
- No abandones tratamientos médicos sin consultarlo con un profesional.
- Si tienes trastornos mentales o cardíacos, acude antes a un médico con experiencia en Psicodélicos.
5. Personaliza tu Experiencia
Cada organismo reacciona de manera única a la microdosificación. Mientras algunos reportan mayor claridad mental, otros pueden notar ligeras molestias físicas o emocionales. Por eso:
- Ajusta la Dosis Según tu Peso y Sensibilidad:
- Psilocibina (hongos): Se sugiere entre 0.05 y 0.3 gramos de hongos secos, dependiendo de tu peso y sensibilidad. Alguien de 70 kg podría iniciar con 0.1 g y observar su reacción.
- LSD: Un rango de 5 a 20 microgramos es común como microdosis. Si pesas menos de 60 kg o eres muy sensible, comienza en el extremo bajo y ajusta según tu confort.
- Variables Relevantes: Edad, condición física, historial emocional y reacciones previas a sustancias. Empieza con la dosis mínima y ve incrementando muy poco a poco si no notas efectos.
- Experimenta un Protocolo al Menos un Mes Antes de Cambiar:
- Esto te dará tiempo para distinguir si los cambios se deben a la microdosis o a factores externos. Evita saltar de protocolo en protocolo sin una fase de prueba estable.
- Personaliza el “Set y Setting”:
- Set (tu mentalidad): Procura sentirte tranquilo y sin prisas. Un estado anímico estable te ayudará a percibir mejor los matices de la microdosis.
- Setting (tu entorno): Busca un ambiente relajado, con pocas distracciones. Si trabajas en casa, reserva momentos para anotar tus sensaciones en un diario.
- Mantén una Actitud Abierta a Ajustar Dosis y Frecuencia:
- Escucha tu cuerpo y tus emociones. Si experimentas ansiedad o dolor de cabeza, reduce un poco la cantidad o añade un día extra de descanso.
- Lleva un registro para identificar patrones y saber qué modificaciones funcionan mejor.
- Consulta a Profesionales si Buscas un Fin Terapéutico:
- Si planeas abordar depresión, ansiedad u otro trastorno, el apoyo de un médico, psicólogo o entrenador especializado en microdosificación puede marcar la diferencia, sobre todo para afinar la dosis y el protocolo.
Con estos consejos, estarás más preparado para ajustar la microdosis a tu medida y aprovechar sus beneficios de manera segura y consciente.
Conclusión
La microdosificación puede resultar una herramienta interesante para mejorar la concentración, reducir la ansiedad o apoyar el bienestar emocional. Sin embargo, requiere responsabilidad, precaución y seguimiento. Definir un protocolo que se adapte a tu vida, verificar la sustancia y llevar un diario de observaciones son pasos esenciales para evitar frustraciones y optimizar los resultados. Mantén una mentalidad abierta y flexible: lo que funciona para unos puede no ser igual de eficaz en otros. Con paciencia, información y un enfoque metódico, la microdosificación podría sumar un valor significativo a tu rutina de cuidado personal.
Fuentes Bibliográficas
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